Aquí no se fía (nadie de las recomendaciones de Navidad)

Ayer me llegó, por vía de Twitter, el enlace a una «selección» de «treinta títulos para los más pequeños de la casa», publicada en ABC. Aparte de la alegría personal porque uno de esos libros lo ha traducido mi mujer (y, cosa rara, el editor cumple con la Ley de Propiedad Intelectual y paga derechos de autor por la traducción; así que ojalá se venda por miles), la sensación general era negativa: algunas presencias poco dignas y muchas ausencias clamorosas. Buscando datos objetivables, terminé por reducir la selección a los editores mencionados. En orden alfabético: Anaya (5), Cuento de Luz (4), Edelvives (1), Juventud (4), La Galera (3), Macmillan (2), Palabra (3), Planeta (3), Siruela (4) y SM (1).

Visto lo visto, mi enhorabuena a los servicios de márqueting de los editores recomendados repetidamente, porque han cumplido a la perfección con la labor por la que cobran: hacer llegar sus obras a los medios. Pero al periódico, una de dos: si venden publicidad, llámenla por tal nombre; y si lo que quieren es ofrecer a sus lectores selecciones mínimamente merecedoras del calificativo, antes pasen por una buena librería en la que puedan ver igualmente los catálogos de (de nuevo en orden alfabético) A buen paso, Bárbara Fiore, Coco Books, Combel, Corimbo, Cuatro azules, Ekaré, Flamboyant, FCE, Jinete azul, Kalandraka (y Factoría K), Kókinos, Libros del Zorro Rojo, Lóguez, Lumen, Media Vaca, Nórdica, OQO, Pintar-Pintar, Proteus, República Kukudrulu, Sd, Thule… y los que me dejo. Se sorprenderán muy gratamente y, de paso, no engañarán a los lectores, cuestión que tal vez figure en esa letra pequeña del periodismo que fueron los códigos deontológicos.

Visto algún comentario, añado un abrazo a los autores, ilustradores y editores recomendados en ese artículo. No va, en ningún caso, contra ellos.

26 Respuestas a “Aquí no se fía (nadie de las recomendaciones de Navidad)

  1. Hay también algún que otro aspecto irrisorio. No me refiero a la errata en «Violeta Denon» (que también manda narices; ya que pones uno de Teo, en un alarde de documentación periodística profesional, que te suene bien el apellido de la autora), sino a la correlación entre «Dracúla» y «30 títulos para los más pequeños de la casa». Tenebroso. Mi alegría personal (me alegro por la tuya y espero también muchas ventas, pero nos tienes que chivar el título) es encontrar «Caperucita en Manhattan», que, mientras haya LIJ, tendrá que estar en listas de estas.
    En fin, se trataba tan solo de dejarse fuera muchos muy buenos sin meter ninguno malo, pero lo que sale en un periodico de tirada nacional vende más que las «rarezas» que nos trae el especialista. De todas formas, peor fue aquella colección «ilustrada» de clásicos para niños que lanzó El País y, sin embargo, al final fue retirada por la presión de los especialistas (creo recordar que una carta firmada, entre otros, por Antonio Ventura).

  2. Gracias por tu comentario, Enrique.
    Es cierto que las erratas merecían comentario aparte, hasta en los mismos nombres de las editoriales (Cuentos de luz, Palabras). En la entrada he preferido centrarme en la cuestión ética, pero en los comentarios, todo cabe.
    Creo que valdría la pena hablar sobre la edad de recomendación de Drácula, como buena novela, pero extensa y no propiamente fácil (el género epistolar entraña cierta dificultad añadida). Yo no la veo a los doce; quizá a los catorce, para buenos lectores. En estos casos quizá conviene ser humilde y tirar de la experiencia propia, si la hay; a los catorce, en mi casa, mi hermana la disfrutó mucho, y en cambio a mí me aburrió hasta que la retomé más tarde (quizá por lo que dicen que las lectoras maduran antes que los lectores).
    Y sobre Martín Gaite, ¿qué decir? A mí me parece una gran novela, pero siempre me cuesta verla como recomendación general. En su momento hice una entrada con mis dudas al respecto.
    Un abrazo

  3. A mí me sorprendió hace unos meses cuando me llamó el ABC de mi ciudad para escribir un artículo sobre heladerías. Además del gusto por la LIJ, tengo una pequeña heladería artesanal que lleva 6 años funcionando y en ese día me llamaron ofreciéndome participar en un Ranking de heladerías. Yo, como es normal, le dije que era un detalle, pues solo unas tres heladerías eran artesanas en mi ciudad y veía con buenos ojos que me incluyeran y pudiera hablar sobre mi producto. Naturalmente había que soltar 200 € para ser mencionado en ese artículo.
    Al final se publicó con las Heladerías de producción industrial, que nada tenían que ver con un producto autóctono como rezaba el artículo, pero habían pagado para aparecer en las dos páginas, contándolas entre las más valoradas de la provincia..
    Perdón por el rollo, pero esto es lo mismo. El artículo creo recordar que tenía la misma estructura que este que nos comentas, una lástima sobre todo por las dos primeras que nombras: A Buen Paso y Barbara Fiore, que me encantan en especial. Pero creo que no soltaron los «200».
    Un saludo

  4. Qué bueno lo que saca Rubén. Eso es lo que nos queda pendiente por hacer: poner más el dedo en la llaga. Porque criticar siempre es más fácil (menos comprometedor, menos perturbador) que denunciar con pruebas.
    Sobre «Drácula» y «Caperucita en Manhattan», la primera no la pondría en una lista de LIJ, ni siquiera como literatura de adultos de la que puedan apropiarse los chavales. Por experiencia de préstamo cero a esa edad, digo. De Martín Gaite también tengo experiencia: en un club de lectura juvenil compuesto por tres (así somos de modestos) chicas de 12-13 no gustó nada, porque les resultó infantil (!). En cambio, devoraron en menos de 15 días «La sombra del viento», le sacaron todo el jugo y pidieron más de eso. Problemas de fronteras.

  5. Curioso lo de Martín Gaite: les parece infantil lo que, en realidad, está aguardando a que hayan vivido más.
    Lo que cuenta Rubén me parece pasmoso. Quiero pensar que era de esas páginas de publirreportaje más o menos oculto. Desde luego, si esta «selección» era un publirreportaje, no estaba más o menos oculto, sino totalmente disfrazado de otra cosa.

  6. Enrique, no sé si en tu comentario me pides pruebas, yo solo comentaba lo que me ha pasado, ya que viene en relación con el artículo. Aquí te dejo una copia del único correo que recibí del tema, pues me negué en seguir con el «artículo» 🙂 .

    He tachado el nombre del articulista y demás información, pues no veo ético enseñarlo. Puedes ver que soy de Sevilla y que uso mi Facebook para responder, no oculto nada.
    No sé si malinterpreté el comentario y realmente no pedías pruebas sobre el hecho, pero aquí están. Un saludo.

  7. Rubén, sigo sin salir de mi asombro. ¿Y lo penosamente escrito que está?

  8. No, no, Rubén; al revés: era un elogio a tu valentía. Quise decir que hay gente que se dedica a denunciarlo todo por sistema, pero sin pruebas ni fundamento; y que hay gente que, aun teniendo de ambas cosas, en lugar de denunciar, solo critica y critica (y además le suelta su rollo crítico a quien no tiene ninguna responsablidad en el asunto). Lo que tú has mostrado aquí se aparta de ambas posturas, y por eso trataba de elogiar tu actitud. Solucionado el equívoco, prefiero achacar el malentendido a deficiencias de expresión antes que de interpretación.
    Un abrazo.

  9. Enrique, me lo suponía, pero no quería ser simplemente un anónimo que deja el relato de algo que pudiera ser. Gracias por el elogio.
    Recuerdo que le comenté al representante del artículo del ABC que eso era publicidad, y él insistió en que era un artículo. Que si no quería, yo perdería la oportunidad y otros la aprovecharían.
    Si os fijáis, era en los meses de verano y podía ser muy beneficioso salir en dicho periódico justo en plena campaña. Pero no me gustaron las formas, ni la intención del artículo. Supongo que un análisis, como el que nos ha hecho nuestro querido Darabuc, también sirve para cuestionar este tipo de artículos.
    Un saludo, les sigo leyendo

  10. Querido Darabuc, respeto totalmente tu opinión pero te diré que llevo diez años trabajando como ilustradora y autora y es la primera vez que alguno de mis libros está incluído en alguna lista de recomendación. Yo también me canso de ver como en muchas recomendaciones siempre están las mismas editoriales, los mismos ilustradores y los mismos autores. Qué lástima que para una vez que sugieren alguna editorial diferente sea motivo de enfado. Creo que ninguna de las maravillosas editoriales que enumeras tiene falta de atención de los medios dedicados a estos menesteres. Es más, son muy cuidadas y mimadas por los blogs especializados. Siempre están presentes en este mundo tan complicado. No sé si la editorial con la que he publicado los libros míos que han selecionado, habrá pagado, cosa que dudo mucho, pero me parece una falta de respeto hacia el trabajo de tus colegas. Sí, me siento herida por lo que dices, porque todos trabajamos mucho y muy duro, todos merecemos un poco de atención y vuelvo a repetir, creo que las editoriales de las que hablas no pueden tener queja de su promoción y de lo que gustan.
    Lo siento pero me siento terriblemente apenada.
    Un abrazo
    Mónica Carretero

    • Hola, Mónica, bienvenida. Agradezco tu comentario, distinto a los precedentes y a otros recibidos en otras redes. Lamento que te sientas apenada, quizá incluso ofendida. Pero te invitaría a releer el texto, para buscar qué digo de veras que sea negativo de esas editoriales. Creo que no lo hay; yo planteo un problema ético del periódico. Además, creo que mezclas cuestiones. Entre las editoriales seleccionadas las hay pequeñas y las hay enormes y conocidísimas. Entre las no seleccionadas, también. ¿Qué tiene Planeta de pequeño editor? ¿Qué tiene Siruela de falta de consolidación? Y por el otro lado, ¿qué tienen Sd o La Fragatina de exceso de promoción? No hay buenos y malos como una raya que separe a los editores que figuran de los que no. Lo que hay es falta de ética del periodista, que no ofrece lo que anuncia, y no lo hace de un modo tan escandaloso, que solo se puede suponer que o bien es inepto hasta el extremo, o bien vende el puesto sea por dinero, por favores, amistades, afinidad ideológica: a mí me da igual, es su problema, no el mío. Creo que habrás llegado aquí a través de Facebook y en mi nota verías una nota de apoyo explícito a los editores seleccionados, muchos de los cuales, en efecto, ofrecen libros de lo más recomendables. De ahí a presentar este artículo como una selección razonable del panorama de la LIJ, sinceramente, va un abismo. Y igual que yo he mezclado mi alegría personal con la crítica argumentada, creo que tú puedes sentirte feliz y a la vez reconocer las enormes carencias del artículo. No tengo la más mínima intención de fastidiar a ninguno de los escritores, ilustradores y editores seleccionados… ¡ya no te digo a los traductores! Pero lo uno, insisto, a mi juicio no es obstáculo para lo otro. Si no, estaremos callando por amiguismo y, de nuevo, haciendo un flaco favor a los lectores. Un abrazo
      PD Si lo relees y me apuntas qué digo de ofensivo contra tí o tu editor, lo revisaré para aclarar posibles dudas al respecto.

  11. Toda selección (sin comillas) se hace, en último término, desde el juicio arbitrario y personal del seleccionador. Si se le conoce – o se le supone- un conocimiento profundo en la materia, será más fiable, pero no dejará de ser un ejercicio de elección subjetiva. Este blog, sin ir más lejos, es un ejemplo. Por alguna razón, tu criterio parece estar por encima del de los periodistas de ABC, y como no concuerda con tu gusto, lo descalificas y pones en entredicho la honestidad del articulista y la calidad de los seleccionados (de algunos, pero sin especificar: todos al mismo saco). Vamos, que están ahí porque han pagado. ¿Debo suponer, entonces, que los autores que aparecen en tu blog te pagan por ello?
    Ni siquiera entro en la cuestión de si me parece más o menos acertada la elección de ABC. Pero estoy cansado, harto y aburrido de gurús 2.0 pontificando desde sus pedestales virtuales. Sólo hay que darse un pequeño paseo por tu blog para comprobar quién está y quién no. ¿Así que deberían consultar con un librero? Yo lo soy, y veo a diario las expresiones de los niños ante los álbumes ilustrados. Y estoy cansado de ver mamarrachadas, moderneces y pedanterías de presuntos artistas que no dejan de mirarse el ombligo -el propio y el de sus colegas iluminados-, demasiado preocupados por gustarse a sí mismos como para pensar en lo que les gusta a los niños (presuntos destinatarios de sus profundas, inteligentes y exquisitas creaciones). Estudié Bellas Artes, he trabajado con niños en cursos de dibujo, en talleres de teatro y animación a la lectura, en cuentacuentos en bibliotecas, colegios e institutos. Sé de lo que hablo. Y el panorama actual del álbum ilustrado está lleno de mediocridades pomposamente intelectuales, alentadas y jaleadas por un grupo -que cada vez se parece más a una secta- que ha decidido que estás con ellos o no estás. Y el que no pasa por el aro de la adulación y el pasteleo, se queda fuera. Así que lo mínimo que se puede pedir es que cuando algún «condenado» consigue aparecer en los medios, no aparezca el gurú de turno a descalificar su minuto de gloria (porque no os engañéis, es un minuto). Podéis estar tranquilos, los padres no correrán en masa a las librerías a comprar los recomendados de ABC. Tal vez incluso haya quien tenga su propio criterio y compre a sus hijos LIJ de calidad, sin comprobar antes si lleva el «nihil obstat» de algún bloguero…

    • Hola, Pejesapos, gracias por tu opinión. Si me dices qué mamarrachadas, pomposidades intelectuales, etc., jaleo desde mi pertenencia a una secta, podré responderte con más detalle a ese respecto. ¿Shel Silverstein? ¿María Elena Walsh? ¿Janosch? Desde luego no me parecen mamarrachos.
      Por otro lado no critico a ningún «condenado». Tampoco veo que la selección citada se caracterice precisamente por levantar condenas (entre los pequeños, Cuento de Luz tiene buena prensa por los premios recibidos y Palabra es una recomendación esperable en ABC) y sí en cambio por la adulación y el pasteleo que atribuyes a esa secta.
      Tercero: sí comparto contigo de todas todas que, en buena medida, la mediación que importa es la que se hace en la familia, la escuela, la librería o la biblioteca. Y la que encuentra los libros de veras eficaces, cuestión en parte por resolver en los textos de crítica (solo que de LIJ apenas hay textos de crítica).
      Mira, esto no es ningún pedestal; a mí donde más me gusta estar es justamente junto a la cama de mis hijos y, cuando me invitan, en el resto de lugares mencionados. Lo que a mi entender no obsta para hablar, claro, desde un blog donde ni cobro ni pago por lo que hago; solo disfruto hablando de lo que me apasiona: del género de literatura que escribo, leo, traduzco, cuento y enseño ante chicos, con mayor o menor frecuencia en cada caso. No gurú: practicante. Y hasta aquí la defensa del terreno personal, por mi parte.
      Para mí, la clave del asunto es la sinceridad. Que cada cuál recomiende según sus gustos, no según sus intereses (económicos o de relación personal). Si tú de veras crees que la selección citada por ABC responde a una valoración sincera y desinteresada de los libros recientes de literatura infantil y juvenil, adelante. Tú eres librero: imagina que te ves obligado a reducir la selección a 30 libros, ¿lo harías así (o de un modo parecido)? No lo creo. Ni me lo creo de ningún librero, bibliotecario o maestro, y hablo con muchos.
      Mira, si lo que habéis entendido Mónica o tú es un desprecio por los que sí figuran, creo que habéis leído mal. La sección de prensa de esos editores ha cumplido con su función. El que escribe literatura infantil raramente lo hace por dinero. El que la ilustra, menos aún, por lo general. Y yo mismo he trabajado con varios de ellos, feliz de hacerlo (y en cambio, no he trabajado con ninguno de los ausentes). Ahora bien, el periodista que anuncia una «selección para hacer volar la imaginación» y resuelve más de la mitad del asunto con solo cuatro editoriales, es un caso distinto. Una de dos, o no sabe de lo que habla, o no es sincero con sus lectores. Si pertenezco a una secta por decirlo así de claro, me temo que soy un caso perdido y no la voy a dejar por ahora.
      Un saludo cordial

  12. Totalmente de acuerdo con tu post, chapeau.

    A~

  13. Los amiguismos son el pan nuestro de cada día, querido Darabuc. Yo estoy más que harta de eso, te lo aseguro. No sé que tejemanejes se traeran las editoriales, los periodistas, los medios de comunicación… Pero no creo que este periódico, que jamás leo por principios y por no tener mal día, sea en este ámbito, más amiguista que otros. O quizá sí… En fin, sólo quería decir que tras esas editoriales también hay gente que como tú y como yo, trabajamos y nos esforzamos cada día. Quizá alguna vez tenga la suerte de que algún libro mío aparezca en una seleción que a los entendidos no les parezca mediocre, y si no seguiré como hasta ahora, en mi estudio haciendo lo que más me gusta y me hace feliz, dibujar como si no hubiese un mañana y escribir las historias que sueño. Porque realmente, aparecer en una lista es una simple anécdota, aunque a veces haga un poquito de ilusión, ingénua que es una :^)
    Un abrazo, Darabuc.

    • Hola, Momo:
      No comparto la línea política de ese periódico, si de eso hablamos, pero otras veces he criticado aquí el trato que se ha dado a la LIJ en notas de El País o programas de RNE. No es pues «contra ABC», sino contra una manera de hacer.
      Yo creo que la ilusión se puede proteger. Pero a la vez, ser crítico. ¿Qué te hace más ilusión: una recomendación que copia la nota de prensa de tu editor o una que valora personalmente, por ejemplo, contando el efecto de tu libro sobre los niños de la familia o el aula? Yo he recibido de las dos, y obviamente, la segunda me ilusiona más.
      Sobre las editoriales, ya he escrito mi abrazo expreso. Para mí, no hay pega en que un editor difunda sus libros.
      Y esto enlaza con un último punto, que se relaciona con mi alegría personal, que también iba en la nota. Imaginemos simplemente que el periodista ha escrito a cinco o seis direcciones de correo de editores y ha hecho un cortapega. Bien: ¿no me va a ilusionar que el editor haya elegido un trabajo que en parte se ha hecho en mi casa? ¡Claro que sí!
      Por último: lo que cuenta es ese ser feliz creando. Los mediadores pasan, los autores quedan. Yo no sé si alguien dijo que Eric Carle es un patán o alguien lo descubrió: lo que sé es que sus libros están ahí, que la Oruga glotona es un libro precioso y de lo más eficaz… Eso es lo que queda.
      Un abrazo también para ti

  14. Hola de nuevo. Respecto al artículo de ABC, mi opinión es que el periodista ha hecho una faena de aliño. No creo que sea un experto en el tema, y aunque ignoro cuál ha sido su fuente de información, me parece evidente que no se ha dejado las pestañas investigando. Yo reduciría su selección a no más de siete u ocho, y está claro que hay grandes ausencias. Respeto -faltaría más- que no estés de acuerdo con la selección. Lo que ha motivado mi comentario ha sido el uso de las comillas y poner bajo sospecha de «soborno» a quienes aparecen (si pagas, estás, y si estás es porque has pagado). Me parece una forma de restar méritos a los autores, y no me parece justo. E insisto: aparecer en una de estas listas no tiene mayor importancia. Los que compran sin saber suelen ir a lo fácil (personajes de Clan o DIsney y cosas por el estilo). Y los que saben no necesitan listas: para eso tienen ojos y criterio, y se toman su tiempo para elegir.
    Lo de la secta y los gurús… Aunque pueda parecerlo, no es un ataque personal. Reconozco que me encendí (uno que es vehemente), pero ya son años constatando la existencia de un círculo de influencia dentro de este mundillo, con sus autores recomendados y sus autores ignorados sistemáticamente, sin que esa doble lista se justifique por méritos y calidad. Desgraciadamente, la valoración de la creación artística está demasiado sometida al gusto subjetivo de cada cuál. Prefiero pensar que las selecciones se hacen de buena fe, pero a veces es difícil de creer.
    No voy a dar nombres de las mamarrachadas, porque no quiero crear más polémica y muchos autores son españoles; y porque allá cada cuál con lo que hace y con lo que cree que hace. Para muchos será arte sublime, y están en su derecho de pensarlo y proclamarlo. Tal vez me haya vuelto rancio con la edad, y disfruto más con los clásicos. Tal vez he ido perdiendo el gusto. Es posible.
    Espero no haber resultado demasiado incendiario. Adelante con tu blog, y a disfrutar de la buena LIJ.
    Feliz Navidad a todos.

    • Hola, Pejesapos:
      Agradezco tu cambio de tono. La explicación que das al artículo, el aliño, la pereza, un cortapega, es muy probable. Pero creo que sigue sin ser pasable en un diario de tirada nacional.
      Lo que yo agradeceré, sobre todo, es que te pases cuando quieras a corregir, completar, ampliar mis opiniones sobre literatura. La opinión de un librero entregado vale oro, insisto, como la de maestros, bibliotecarios o narradores. O madres (y algunos padres) que viven a fondo la literatura con los suyos. Yo no sé nada que esté libre de correcciones, mejoras, ampliaciones y revisiones de toda clase. Como todo el mundo, empiezo por ir cambiando de opinión conforme pasan los años.
      Creo que me entenderás mejor si piensas que esa rabia contra los amiguismos es la que explica mi denuncia del artículo. Sea pereza, ignorancia o comercio (a mi juicio, de relaciones y contactos, no creo que de dinero, en este caso), reduce el mundo de la LIJ a un número demasiado escaso de editores. No es presentable.
      Por otro lado, si de dinero hablamos, creo que no digo nada nuevo si cuento que en los suplementos culturales hay espacios a la venta. O que determinadas reseñas de LIJ, incluso en revistas conocidas, las escriben los propios editores. Me he llevado algún disgusto por decirlo antes, pero me lo han confirmado desde dentro. Y tampoco es tan raro, según se mire: en este país, poca cultura subsiste por sus simples ventas.
      Te animaría a tener un blog propio donde cuentes tu experiencia, valores los libros que aprecias, los que crees que no tienen el eco que merecen. Si lo haces, me gustará que me avises, para leerlo. Los que conozco los tengo recopilados aquí: http://crit-lij.blogspot.com.es/. Hay para todos los gustos. Quizá esta última sea la cara buena de la «crítica»: que en realidad, hay para elegir. Y a mí, hay gente a quien me gusta leer, porque está al caso y me descubre buenos libros.
      Un saludo cordial

      • Por cierto que reviso ahora la cuestión de las comillas («Lo que ha motivado mi comentario ha sido el uso de las comillas …»), y son solo la marca de cita literal del artículo.
        Abrazo

  15. Creo que sí es importante diferenciar un caso flagrante como el que denunciaba Rubén con su heladería del ya famoso aquí «caso ABC» (cómo pueden ofender tanto unas comillas, por Dios; qué maravilloso el poder de evocación del lenguaje), donde no tenemos ninguna prueba para hablar de editoriales compradas-vendidas. Al menos hemos llegado al acuerdo de que la selección es a todas luces desequilibrada, lo que de entrada la hace inapropiada. El criterio de calidad puede ser más o menos subjetivo, pero el equilibrio es obligado: ¿cómo es posible que -creo recordar- dos o tres de esos libros tengan como principal valor el hecho de que se pueden meter los dedos en ellos para jugar?
    Por otro lado, la defensa desde aquí es tan legítima como la contradefensa desde allá, pero sin educación, sin elegancia, los argumentos se reblandecen hasta hacerse sopa. Yo «mamarracho» o «sectario» (comillas por no haber cursiva) no se me ocurre llamárselo a ningún libro infantil o juvenil ni siquiera en la intimidad, porque se lo estaría llamando a su autor, su ilustrador, su traductor, su editor y hasta a su disitribuidor, promotor, vendedor, prestador o seleccionador. Otros calificativos como «vacío», «previsible», «pretencioso», «fallido» o «improcedente», ¿por qué no? («malo», en cambio, me parece reservado para un juicio más que nada moral; sería mejor «pobre», «de baja calidad», «poco trabajado», «demasiado tópico», etc.). A partir de aquí, de los de la lista de ABC, solo me atrevería de momento a decir que algunos son improcedentes, de acuerdo con ese criterio de equilibrio y representatividad.

  16. Yo me alegro de que en las listas que se manejan estas Navidades, en verano, haya variedad. Creo que no se puede quitar mérito a los autores desconocidos. También me gusta que los grandes autores de LIJ no aparezcan, para dar mayores oportunidades a los demás. Yo procuro en mi blog incluir autores o libros que ya no son novedad, pues también merecen tener su vida después de los primeros meses. El único criterio que utilizo es el gusto personal, totalmente subjetivo. Además, no recibo libros de ninguna editorial, de ningún autor, intento ser independiente, pero repito, subjetivo, por supuesto. Además hago reseñas de amigos y sus libros me interesan, me parecen de calidad. En fin, que apoyo totalmente a cada uno de los autores que han merecido un espacio en el periódico sea por lo que sea. ¿Hay alguien que haga una reseña sin estar influido por algún grupo, editorial, autor? Hablo de los blog más conocidos, aunque espero que no les afecte a todos.

  17. Yo la verdad es que no me suelo fiar de las recomendaciones o grandes ventas para comprar un libro, sea de niños o de adultos. Estoy contigo, una gran labor de marketing hace milagros, pero no todos los libros de las grandes editoriales (Anaya, SM, etc) son maravillosos, ni los libros de editoriales poco conocidas son malos. A mis hijos les encanta tu Bruja Horripilarda y Qué lío Cosmico, además de otros de las «grandes» editoriales.

    Aprovecho para hacerte llegar mis «recomendacions navideñas, que a mi no me pagan y hablo desde la experiencia que me aportan mis hijos: Hay libros de todas las editoriales, incluyendo tu feisima y horrible bruja!

    http://www.librosparapeques.es/especial-navidad/

  18. Agradezco el comentario y bienvenido el enlace. En lo personal, también te agradezco la inclusión de la bruja. Un abrazo

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