Aunque la información sobre mis libros se recoge en este otro blog, de vez en cuando también me gusta dejar caer mis buenas noticias personales por aquí. Una: ya podéis disponer de La bruja Horripilarda, mi cuento de humor ilustrado por JuanolO, que incluye una adaptación a la lengua de signos española y un DVD (con la animación y la narración oral y en lengua de signos, además del vocabulario en LSE); edita Carambuco. Humor, sí, pero también una invitación a hablar con los pequeños sobre la presión del canon estético y la conveniencia de saber reírse de aquellos rasgos que son personales, pero el canon define como «feos». En este enlace podéis ver imágenes del interior y fotos de las actividades que iré haciendo en bibliotecas, librerías y escuelas. Lo presentamos el pasado día 24 en la biblioteca Armand Cardona, de Vilanova i la Geltrú. ¡Qué día más bonito y qué gusto de público, pequeños y grandes! ¡Muchas gracias!
Dos: os invito a leer esta reseña del Libro de Brun en el blog de Carlos Lapeña. Al hilo de la reflexión bloguera sobre la crítica positiva y negativa, que se recoge por ejemplo en El Tiramilla, añado una razón en favor de la positiva: puede crear sentidos y enriquece la lectura orientando al lector hacia caminos más hondos o menos obvios. La negativa, en cambio, para no ser arbitraria, se ve obligada a gastar mucha energía en justificar y documentar sus razonamientos y exponer el canon de cada lector crítico, por el que se explican los «defectos» más o menos objetivables de la obra en cuestión. Así que, por simple economía, que al menos la mayoría del esfuerzo se dedique a la construcción (con la generación de sentidos asociada, esto es, doble valor) me parece lógico y sano.