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‘Tarda de tardor, cap al tard’ (‘Tarde de tardío, que tardea’), de Mar Pavón

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Tarda de tardor (cap al tard)

Va caure de l’arbre
l’última fulla,
no pas pel vent;
del vent, ni parlar-ne,
que fou la caiguda
per avorriment!

*

Tarde de tardío (que tardea)

Del árbol cayó
la última hoja,
mas no por el viento,
te lo digo yo;
¡se cayó ella sola
por aburrimiento!.

  • Mar Pavón, D’il·lusió, Déu n’hi do! Ilustraciones de Rebecca Luciani. Publicacions de l’Abadia de Montserrat (col. Els Flautats), Barcelona, 2004. ISBN 84-8415-670-2. Versión castellana de la autora.
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‘The Acrobats’, de Shel Silverstein

  • Shel Silverstein, Where the sidewalk ends, Harper and Row, 1974.

‘El marangolotio’, de Carlos Murciano

Carlos Murciano. Ilustración de Fernando Gómez. (Pulsad en la imagen para ampliarla.)

  • Carlos Murciano, La niña calendulera. Don Abecedario. Ilustraciones de Fernando Gómez. Hiperión (Ajonjolí, 34), Madrid, 2003. ISBN 84-7517-769-7.

Poema del camaleón cautivo, de Ana Merino

Ana Merino. Ilustración de Max.

Ana Merino. Ilustración de Max. (Pulsad para ampliar.)

  • Hagamos caso al tigre, de Ana Merino, con ilustraciones de Max, es un libro de poemas sobre animales personificados y unos pocos seres fantásticos, en su gran mayoría de versos octosilábicos (con libertades en la agrupación estrófica) y carácter narrativo (algunos son relativamente extensos), con el toque habitual de humor y buenas intenciones (como la sátira amable de los defectos o monstruos que no asustan). Anaya (Sopa de libros, 142), 2010. 80 pp. ISBN 978-84-667-9300-1. La editorial lo sitúa a partir de 8 años.
  • Otra imagen del libro y presentación en Babar.
  • En su nota final, Max comenta que es la primera vez que ilustra poesía; pero en alguno de sus álbumes recopilatorios quizá haya unas viñetas suyas a propósito del «Galimatazo», que deben de ser de los años ochenta.

Gerardo, de Carmen Santonja, ilustrado por Carlos Ortín

Gerardo, de Carmen Santonja, ilustrado por Carlos Ortín

  • Ver ampliado (200 kb) | Ver muy ampliado (600 kb)
  • Este poema se publicó originalmente en Mermelada de anchoas, Austral Juvenil, Madrid, 1989, pero lo tomo de la fascinante Narices, buhítos, volcanes y otros poemas ilustrados, una antología como no hay dos seleccionada por Herrín Hidalgo e ilustrada con absoluto desenfado y cierto aire Crumb por Carlos Ortín: Media Vaca, Valencia, 1998 (ISBN 84-930221-1-X).

Mosquito, de Gloria Sánchez, ilustrado por Patricia Castelao

Pulsad en la imagen para ampliarla.

  • Sí, poesía, de Gloria Sánchez, con ilustraciones de Patricia Castelao, recoge trece divertidos poemas llenos de juegos de lenguaje, trece poemas de los que, aun siendo poco numerosos, no resulta fácil quedarse solo con uno.
  • Alfaguara, Madrid, 2005. A partir de unos 6 años. ISBN 84-204-6930-0.

Susto, de Antonio Murciano

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Con sombrero viejo
y cara de palo,

con ropa de hombre
y crucificado,

ayer por la tarde,
dentro del sembrado,

me dio un susto negro
el espantapájaros.

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  • Antonio Murciano, Diabluras y angelerías. Ilustraciones de Félix Sanz. Escuela Española, 1988. 84-331-0410-1.

Canciones tradicionales: Un, don, din, de la poli politana

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Un, don, din de la poli politencia,
me casé con la reina de Valencia,
a la cartajé,
a la basuré,
un, don, din, que se salve usted.

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Esta es la versión que se canta hoy en Moratalla, para echar a suertes quién para o la queda. La poli politencia es, en otras versiones más comunes, politana o a veces politancia. Una de las formas más populares en toda España parece ser esta:

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Un, don, din de la poli politana,
un camión que no sirve para nada.
—¡Niña, ven aquí!
—¡Yo no quiero ir!
Un, don, din, que te toca a ti.

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Con frecuencia, el camión no era sino un cañón (como en tantas canciones populares nacidas de la guerra). Además, la politancia tiende a rimar con Francia, en frases como «el cañón la pasea por la Francia» (Bravo-Villasante, China china capuchina) o estas otras encontradas en la red: «el camión se los lleva para Francia», «en un camión que viene de Francia».

Llegó con tres heridas, de Miguel Hernández, cantado por Mercedes Sosa y Pata Negra

  • Del disco Rock gitano, 1994.

Teño o corazón senlleiro, de Celso Emilio Ferreiro (Escolma poética, il. Baldo Ramos)

TEÑO O CORAZÓN SENLLEIRO

Teño o corazón senlleiro
e orfo na noite fría.

Non importa, agardaréi
polo albor do novo día.

Teño lobos, teño sombras,
teño a sorte fuxidía.

Non importa, agardaréi
polo albor do novo día.

Está mudo o reixiñol
que outrora cantar solía.

Non importa, agardaréi
polo albor do novo día.

Que está comigo a esperanza,
fiando, fía que fía…

Ela fía i eu confío
no albor do novo día.

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  • De Viaxe ao País dos Ananos.
  • Celso Emilio Ferreiro, Escolma poética (trece poemas). Imaxes de Baldo Ramos. Factoría K, 2008.

Lagartija, de Antonio A. Gómez Yebra

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LAGARTIJA

Son las cuatro. Silencio.
Por la rendija
se ha asomado, risueña,
la lagartija.

Bajo un sol asfixiante,
ráfaga verde,
entre luces y sombras
pronto se pierde.

¿En la hora de siesta
tanto trajín?
¿Vas buscando un tesoro
por el jardín?

Lagartija curiosa,
rabo de cuerda,
ten cuidado del perro,
¡que no te muerda!

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  • Antonio A. Gómez Yebra, Animales poéticos. Ilustraciones de Laura Noguer. Escuela Española, Madrid, 1987. 84-331-0359-8.

El Cid pide parias al moro (Verde montaña florida)

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Verde montaña florida
el verte me da alegría.

Por las Vegas de Granada    iba el Cid a mediodía
con su caballo Babieco    que al par del viento corría
y doscientos caballeros    que lleva en su compañía.
Diban contando hazañas    cadi cual de sus amigas.
Unos las dejan preñadas,    otros las dejan paridas
y otros las dejan doncellas,    ambas del amor rendidas.
—Ya que todos hais contado    —respondió el Cid ensegui’a—,
ya que todos hais contado,    voy a contarles de la mía.—
Echó la mano en su seno    y sacó a la Virgen María.
—Cata aquí la que yo amo    de noche y también de día,
siempre la tengo conmigo    y la llevo en mi compañía.—
El rey que lo está mirando    de un mirador que tenía:
—Bienvenido seas, el Cid,    buena sea vuestra venida.
Si venís a ganar sueldo,    doblado se vos daría;
si venís a tornear moro    seráis señor en Turquía;
si vos venís a casar,    te casaré con hija mía.
—Yo no vengo a ganar sueldo,    no lo he ganado en la vida,
y tampoco a tornear moro,    que mejor ley es la mía,
tampoco vengo a casarme,    que mi Filumena es viva;
vengo a llevar unas parias    de mi rey en Castilla.
—Ésas no las llevas, el Cid,    qu’él a mí me las debía.
—O las ha de llevar, perro,    o te ha de quitar la vida.
—Habla poco a poco, el Cid,    mansito y con cortesía,
que quizá hay en mis Cortes    quien vuelva por la honra mía.—
El Cid llevaba una espada    que cinco o seis palmos tenía;
cada vez que la bandeaba    hierro con hierro hería;
cada vez que la bandeaba    temblaba la morería.
De tres en tres los mataba,    de seis en seis los enjila.

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  • Fuente: Pan-Hispanic Ballad Project
  • Dos transcripciones con ligeras variantes en Paloma Díaz Mas (ed.), Romancero, Crítica, Barcelona, 1994. En el CD que acompañaba a esta cuidada y completísima edición hay una grabación de 1987, con tambor gomero y chácaras, del grupo Los magos de Chipude, recopilada por Maximiliano Trapero. Verde montaña florida / el verte me da alegría lo canta el grupo como respuesta a cada uno de los versos del romance, entonados por un solista.

Cantinelas de balanceo: Aserrín aserrán

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Aserrín, aserrán,
los maderos de San Juan.
Los del rey aserran bien,
los de la reina también.
Los del duque,
¡truque, truque!

*

Aserrín, aserrán,
maderito de San Juan.
Los de Juan
piden pan,
los de Pedro
piden queso,
los de Enrique
piden… ¡trique, trique, trique!

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Habrá incontables versiones y formas de esta cantinela. La primera versión citada la recogió Rodríguez Marín; la segunda, Sánchez Rodrigo, y yo las tomo (con algunos cambios de puntuación) de Francisco Cillán, que explica: «Existen también cantinelas para realizar balanceo hacia atrás y hacia adelante. La persona encargada de cuidar al niño lo toma a horcajadas sobre su rodilla o lo sienta sobre algún objeto y, a la vez que lo balancea en la dirección señalada, le canta la retahíla en tono rítimico y monótono. Al llegar al último verso lo inclina más de lo normal, provocándole la risa» (Nanas y rimas de la primera y la segunda infancia, Universidad de Extremadura, 2003, pp. 136-137).

Guazú virá, de Germán Machado

GUAZÚ VIRÁ

En este árbol, una huella:
la corteza extraída.

Más acá es el tufillo de la orina
y más allá un salivazo
con ese olor que asume
lo frágil del peligro.

El territorio: hectárea
de monte y de crepúsculo,
donde la hierba es fresca
y los frutos, runrún
del cervatillo.

Tímido, alerta, duende,
guazú virá y misterio:
lo robusto del bosque
y lo suave del río.

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Nana del caucón que a llevarte viene (México)

En las nanas, ha abundado siempre la referencia a los monstruos que se llevarán al que no duerma. Personalmente, no puedo decir que me gusten para cantarlas a los niños, aunque algunas sean solo metáfora de la muerte o los malos azares; pero sí debe uno saber de dónde viene, así que me apasiona conocerlas.

Esta versión, rica en imágenes y con un giro final, es mexicana.

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Duérmete, mi niño
con todo y tambache,
tu madre la zorra
tu padre el tlacuache.

Duérmete, niñita,
que ahí viene el viejo,
a llevarte viene
con todo y pellejo.

Duérmete, niñito,
que ahí viene el coyote,
a llevarte viene
y a comerte al monte.

Duérmete, mi niño,
que estás en cajón;
tu madre la zorra,
tu padre el tejón.

Duérmete, niñito,
no venga el caucón,
te quite la vida
y a mí el corazón.

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  • Carmen Bravo Villasante, Historia y antología de la literatura infantil iberoamericana, vol. 1, p. 360. Se cita sin más título que «Nana»; el de «Nana del caucón que a llevarte viene» lo he elegido yo.
  • tambache: bulto, montón. tlacuache: zarigüeya. caucón: coco.

Canciones y juegos tradicionales: El corro chirimbolo

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El corro chirimbolo
¡qué bonito es!
Con un pie, otro pie,
una mano, otra mano,
un codo, otro codo,
la nariz y el gorro,
una oreja, otra oreja
y el culo de la vieja.

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Este final provocativo y burlón del «culo de la vieja» era habitual en la calle, aunque en las fuentes impresas (sobre todo en el ámbito de la edición escolar) se corta antes o se opta por otros finales políticamente más correctos.

En Moratalla, donde vivo, se canta una versión muy distinta:

Al corro chirimbolo,
mi padre fue a los toros,
mi madre más allá
y yo de la pesambre
me caigo una culá.

Quizá sea cosa del ser este un pueblo de encierros. Cuando menos, en la tradición popular abundan las apropiaciones al contexto local: aquí el «Palmas, palmitas» suele cantarse con un «que viene papá / por el caminito / de Caravacá» (Caravaca de la Cruz es el centro de la economía comarcal y el camino antiguo es una larga sucesión de curvas que hoy se conoce como el «caracolillo»). Pesambre (de pesadumbre) es un coloquialismo murciano por «pena, enfado, disgusto».

Nanas tradicionales: Ven, sueño, ven

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Ven, sueño, ven,
por aquella cuesta arriba.
Ven, sueño, ven,
verás mi niña dormida.

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  • De Carmen Bravo-Villasante (ed.), China, china, capuchina, Miñón, Valladolid, 1981.

Mi lápiz, de Morita Carrillo

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Mi lápiz

Usa ropa
de madera.
Cuello fuerte
de latón.
Y sombrerito
de goma.
Mi lápiz
con borrador.

Lleva bajo
su vestido
la punta negra
de un pie.
Cuando yo
dibujo rápido
mi lápiz
baila ballet.

Si hago
las letras
muy feas
invierte
su posición.
Baila entonces
de cabeza
mi lápiz
con borrador.

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  • Morita Carrillo (Nirgua, Venezuela, 1921-Caracas, 1998), según la cita Carmen Bravo Villasante, Historia y antología de la literatura iberoamericana, vol. 2, Doncel, 1982, p. 252.

Nanas tradicionales: Perejil y cilantro

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Ea, ea, ea.
Perejil y cilantro
y alcaravea.

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Nana al nene, de Gloria Fuertes

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NANA AL NENE

Duérmete, gusano, duérmete,
que los piececitos se te ven.

Duérmete, castaña, duérmete,
que Luisa ya tiene quinqué.

Duérmete, pingüino, duérmete,
que tu cama ya tiene dosel.

Duérmete, mi oruga, que dormir,
es inmejorable cicatriz.

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  • Texto de Gloria Fuertes e ilustración de Noemí Villamuza, tomados del imprescindible Libro de Nanas de ed. Media Vaca.

Galopa un caballo, de Mercedes Calvo, ilustrado por Fernando Vilela

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Poemas populares: Amanhã é domingo (Brasil)

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Amanhã é domingo,
pé de cachimbo;
galo monteiro
pisou na areia;
a areia é fina
que dá no sino;
o sino é de ouro
que dá no besouro;
o besouro é de prata
que dá na mata;
a mata é valente
que dá no tenente;
o tenente é mofino
que dá no menino;
o menino é valente
que dá em toda a gente.
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  • Versión tomada de Estação Capixaba, donde se recogen algunas variantes. Puede leerse otra versión ligeramente distinta en Carmen Bravo Villasante, Historia y antología de la literatura infantil iberoamericana, vol. 2, pp. 293-294. Para un comentario con traducción al pie, véase este libro.

Es otoño, con José Hierro, en la biblioteca del IES Barrio de Loranca, de Fuenlabrada

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Viento de otoño

Hemos visto, ¡alegría!, dar el viento
gloria final a las hojas doradas.
Arder, fundirse el monte en llamaradas
crepusculares, trágico y sangriento.

Gira, asciende, enloquece, pensamiento.
Hoy da el otoño suelta a sus manadas.
¿No sientes a lo lejos sus pisadas?
Pasan, dejando el campo amarillento.

Por esto, por sentirnos todavía
música y viento y hojas, ¡alegría!
Por el dolor que nos tiene cautivos,

por la sangre que mana de la herida
¡alegría en el nombre de la vida!
Somos alegres porque estamos vivos.

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José Hierro

  • Viento de otoño, en Bibloranca
  • El poema procede del libro Alegría, de 1947. Puede leerse por ejemplo en José Hierro para niños, de Ediciones de la Torre, 1998.

Es otoño, con Lorca, en la biblioteca del CEIP Dulcinea del Toboso

darabuc-ceip-dulcinea

Secuestro, de Mar Pavón

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SECUESTRO…

Al Toro de Lidia
lo han secuestrado.
Se lo han llevado
a la Maestranza.
¡No hay esperanza!

(Por supuesto, Lidia
denunció el secuestro.)

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La poesía de Mar Pavón es relativamente atípica en nuestra tradición, pues con frecuencia se basa más en la ocurrencia o el chiste que en la expansión lírica. Yo diría que la tradición de la poesía infantil en castellano (y quizá más aún en catalán, lengua en la que también escribe la autora) es en general muy seria, a veces humorística, pero casi nunca chistosa. Probablemente se trate de uno de esos casos en los que las preferencias de los niños lectores y las de los adultos mediadores no cuadran, porque, con diez años, ¿a quién no le gustaba un chiste?

  • Mar Pavón, Desmadrario. Ilustraciones de Anna Hermoso. CEDMA (colección Caracol, 17), Málaga, 2003. ISBN 84-7785-552-8.

Colibrí, de Gloria Fuertes

Amigo como soy de recordar que Gloria Fuertes escribió mucho y bien para los lectores adultos (de cualquier edad), a veces corro el riesgo de recordar demasiado poco que escribió más aún para niños (de cualquier edad): con frecuencia, disparates al amor de la rima con una razón métrica tirando a oculta.

Lástima que sus obras se hallan desperdigadas por recopilatorios muy diversos y no hay modo de obtener unas obras completas razonables.

Colibrí

Colibrí
comía
un pirulí.

Y llevaba
una pluma
colorada.

Su mamá
tenía
un palomar.

Y su tío
decía:
«pío, pío».

Ya es de noche,
se va a dormir
el coche.

Y su abuela
venía
con la vela.

Y, muy tuna,
miraba
doña Luna.

Colibrí
se tapaba
la nariz.

  • Gloria Fuertes, Animales en familia. Ilustraciones de Marifé González. Susaeta (colección «Lee con Gloria Fuertes»), Madrid, [2008]. ISBN 978-84-305-6713-3.

«Dobres parellas», «Kafka» y «Lobishome», de Ramiro Fonte

Dobres parellas

Un manual de retórica
e unha gran novela histórica;
a bóla do mapa mundo
e, do reloxo, un segundo.

Un cuarteto no encerado
e un número fatigado;
a pedra filosofal
e unha aurora boreal.

Un xigante telescopio
e a luz de estrela que eu copio;
o punto norte da búxola
e o firme acento da esdrúxula.

Un curioso efecto óptico
e un orador estrambótico;
un caiuco na ribeira
e un amigo á miña beira.

As cartas dos reis de espadas
e de ouros nunha ollada;
e quen me roubou a min
os versos que eu escribín.

darabuc-jacobo-muniz-ramiro-fonte-xardin-do-pasatempo-lobishome

  • Pulsad para ampliar la imagen y leer «Lobishome» y «Kafka». Del mismo libro: «Zoo» y «Xadrez».
  • Ramiro Fonte, Xardín do pasatempo. Ilustrado por Jacobo Muñiz. Tambre (Ala Delta, verde, 24),Vigo, 2008. ISBN-13: 978-84-92404-15-5.

Fiesta, poema creacionista de Rafael Alberti

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Fiesta

El ave-verde cantaba
————paralelepípedo
—————paralelepípedo
——————paralelepípedo—
El ave-verde cantaba
volando en un velocípedo

Paralelamente
la recta disparada por el puente

Los polígonos alborozados
copulaban al son de los triángulos

————————Y el vals de los cilindros
por el ruedo nevado de la circunferencia

————————Calado el cucurucho
————————voltereteaban los conos

El cubo
sumergía la fiesta en el semicírculo panzudo

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  • Poemas anteriores a Marinero en Tierra, apéndice de Canciones del Alto Valle del Aniene, Losada, Buenos Aires, 1972, p. 233.

El pterodáctilo, de Joan Perucho

El pterodáctilo

En Edimburgo, ciudad de excepcional belleza, se demoraron unos días, pero ante el temor de posibles barrabasadas del pterodáctilo decidieron partir. Alfredo, muchas veces, había subido al castillo para, desde allí, contemplar el vasto panorama que se extendía a sus pies. Leía De pactibus nuptialis, de Fontanella, para solazarse y, también, avizoraba el horizonte buscando pistas del siniestro vuelo.

Algunos animales degollados (en especial vacas y carneros) demostraron que el pterodáctilo había devastado las comarcas vecinas y que se adentraba en los Highlands, región desapacible e inhóspita, aunque de salvaje y taciturna belleza.

El rastro olfativo indicaba que seguía la ascensión hacia el Norte. Orillaron el Loch Lomond, bajo la presencia del soldado muerto sobre el lago (¡oh, la triste canción!) y siguieron perezosamente el camino cada vez más áspero y difícil.

Lo que Noé no se llevó, de Enrique Cordero

Se ha publicado Lo que Noé no se llevó, de Enrique Cordero, premio Luna de Aire de 2008. Se abre con una carta de Noé a la que sigue este ovillejo dedicado a uno de los animales que «Noé no se llevó» por no tener pareja en el momento clave:

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OVILLEJO DE LA OVEJA VIEJA

—¿Por qué bala aquella oveja?
—Se queja.

—¿Es que no tiene pareja?
—Es vieja.

—¿Y no hay novio que la escoja?
—Es coja.

—Ahora entiendo su congoja:
perdió su antigua frescura,
y en su amarga desventura,
se queja por vieja y coja.
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El libro, que ha sido ilustrado por Pilar Campos, abandona el formato de las dos tintas (que había caracterizado hasta ahora a la colección, y que, pese a sus limitaciones evidentes —o quizá por ello, aunque el riesgo era sin duda muy alto— había permitido juegos tan gozosos como el de Antonio Santos). Dejo la imagen correspondiente al ovillejo inicial:

darabuc-enrique-cordero-pilar-campos-lo-que-noe-no-se-llevo
Por otro lado, comparto la sugerencia de Pedro Villar: un lomo gris y fino es algo casi imperceptible en una estantería, por lo que convendría indicar en él el nombre de los autores y el título del libro.

Felicidades de nuevo a Enrique y mi deseo de que estos versos humorísticos («Romance del búho miope», «Canción del cangrejo cojo», «Cuplé de la ardilla oculista», «Endecha del chucho maltrecho»…) encuentren muchos lectores.

A Busy Day (Un día ajetreado), de Michael Rosen

A BUSY DAY

Pop in
pop out
pop over the road
pop out for a walk
pop down to the shop
can’t stop
got to pop

got to pop?
pop where?
pop what?

well
I’ve got to
pop round
pop up
pop in to town
pop out and see
pop in for tea
pop down to the shop
can’t stop
got to pop

got to pop?
pop where?
pop what?

well
I’ve got to
pop in
pop out
pop over the road
pop out for a walk
pop in for a talk…

*

UN DÍA AJETREADO

Saltar
saltar adentro
saltar afuera
saltar a la otra acera
saltar e ir a comprar
hay que saltar
no hay modo de parar

¿hay que saltar?
¿saltar por qué?
¿qué saltaré?

bueno
tengo que
saltar allí
saltar allá
saltar a la ciudad
saltar a por María
saltar junto a mi tía
saltar e ir a comprar
hay que saltar
no hay modo de parar

¿hay que saltar?
¿saltar por qué?
¿qué saltaré?

bueno
tengo que
saltar adentro
saltar afuera
saltar a la otra acera
saltar a saludar
saltar a merendar…

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  • Versión de Gonzalo García, reproducible sin ánimo de lucro y con mención de la autoría.

Sensemayá, de Nicolás Guillén

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Sensemayá
Canto para matar a una culebra

¡Mayombe-bombe-mayombé!
¡Mayombe-bombe-mayombé!
¡Mayombe-bombe-mayombé!

La culebra tiene los ojos de vidrio;
la culebra viene y se enreda en un palo;
con sus ojos de vidrio, en un palo,
con sus ojos de vidrio.

La culebra camina sin patas;
la culebra se esconde en la yerba;
caminando se esconde en la yerba,
caminando sin patas.

¡Mayombe-bombe-mayombé!
¡Mayombe-bombe-mayombé!
¡Mayombe-bombe-mayombé!

Tú le das con el hacha y se muere:
¡dale ya!
¡No le des con el pie, que te muerde,
no le des con el pie, que se va!

Sensemayá, la culebra,
sensemayá.
Sensemayá, con sus ojos,
sensemayá.
Sensemayá, con su lengua,
sensemayá.
Sensemayá, con su boca,
sensemayá.

La culebra muerta no puede comer,
la culebra muerta no puede silbar,
no puede caminar,
no puede correr.
La culebra muerta no puede mirar,
la culebra muerta no puede beber,
no puede respirar
no puede morder.

¡Mayombe-bombe-mayombé!
Sensemayá, la culebra…
¡Mayombe-bombe-mayombé!
Sensemayá, no se mueve…
¡Mayombe-bombe-mayombé!
Sensemayá, la culebra…
¡Mayombe-bombe-mayombé!
Sensemayá, se murió.

.

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1 2 3, de Rafael Alberti

.darabuc-alberti-1-2-3-1922

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  • Poemas anteriores a Marinero en Tierra, apéndice de Canciones del Alto Valle del Aniene, Losada, Buenos Aires, 1972, p. 235. 1 2 3 Soy un pez 4 5 6 Gallo o pez como gustéis 7 Ni pez ni gallo Vete

Canción en VER, de Rafael Alberti

Alberti tiene muchos poemas disparatados, tanto en la etapa previa a Marinero en tierra como en la de posguerra, cuyo valor resulta difícil de establecer. En general, ¿diría que se los aprecia poco? Ahora bien, para los lectores infantiles, y a veces para los jóvenes, es probable que el aspecto lúdico los haga más valiosos de lo que se deduce de considerar aisladamente su valor estético.

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Canción en VER

Malverva oliverva
uverva racivermo
pieverdra roversal
vergeravernio sauverce
vercereverzo
toverdo
caverllaverdo Anieverne
dulverce versuavervísimo overtoverño.

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  • Canciones del Alto Valle del Aniene, Losada, Buenos Aires, 1972, p. 36.

Aguará guazú, de Germán Machado

darabuc-aguara-guazu-german-machado.

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EL AGUARÁ GUAZÚ

La noche aúlla como una sombra
partida en dos.
Viernes en vela,
es luna nueva…
¿Será un aullido de lobizón?

La noche aúlla y entre los ranchos
de la comarca
pasan la voz:
Una guarida en los pastizales…
¿será guarida de un lobizón?

La noche aúlla como si un perro,
como si un árbol, como si tú,
tiembla que tiembla,
nada supieras
de la leyenda
del agua-ra-guá
aguará guazú.

Un zorro grande,
algo de hiena, algo de perro,
crin en el lomo:
aguará guazú;
cuenta un paisano en el fogón
tu vieja historia de luna nueva,
séptimo hermano,
hijo varón…

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Dime, ramo verde, cantado por Joaquín Díaz

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Dime, ramo verde,
dónde vas a dar,
porque si te pierdes
yo te iré a buscar.
Si me pierdo que me busquen
al lado del mediodía
donde cae la nieve a copos
y el agua serena y fría.
Dime ramo verde…
Algún día dije yo
que olvidarte era mi muerte
y ahora ya me da lo mismo
olvidarte que quererte.
Dime ramo verde…

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De las Canciones de Sanabria. El siguiente vídeo figura en el canal de la Fundación Joaquín Díaz en YouTube:

Do you carrot all for me?

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DO YOU CARROT ALL FOR ME?

Do you carrot all for me?
My heart beets for you,
With your turnip nose
And your radish face,
You are a peach.
If we cantaloupe,
Lettuce marry;
Weed make a swell pear.

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El poema reemplaza elementos previsibles (para un lector inglés) por palabras del mundo vegetal: do you care at all for me? > do you carrot all for me?; reddish > radish; let us > lettuce… Pese a la proximidad fonética, o quizá gracias a ella, los cambios introducen absurdos divertidos: ¿Me zanahorias? por ¿Me quieres? o Las lechugas se casan por Casémonos. El lector juega a descifrarlo y a inventar sus propias sustituciones.

Lo tomo de A child’s anthology of poetry, antología de poesía infantil en inglés preparada por Elizabeth H. Sword e ilustrada por Tom Pohrt, Ecco, Nueva York, 1995.

Jabberwocky, de Lewis Carroll (por Luis Maristany y Jaime de Ojeda)

1

Era cenora y los flexosos tovos
en los relonces giroscopiaban, perfibraban.
Mísvolos vagaban los vorogovos
y los verdiranos extrarrantes bruchisflaban.

Ocúltate, hijo mío, de Jabberwock brutal,
de sus dientes de presa y de su zarpa altiva;
huye al ave Jubjub y por último esquiva
a Bandersnatch feroz, humérico animal.

El muchacho empuñó la espada vorpalina,
buscó con mucho ahínco al monstruo manxiqués;
llegado a un árbol Tántum, se apoya y se reclina,
pensativo, un buen rato, sin moverse, a sus pies.

Y en tanto cavilaba el joven foscolérico,
se acercó Jabberwock con mirada de roca:
resoplaba en su avance por el bosque quimérico,
de tanta rabia espuma arrojaba su boca.

¡Uno y dos! ¡Uno y dos! Y de uno a otro lado
la vorpalina espada corta y taja, tris-tras:
lo atravesó de muerte. Trofeo cercenado,
su cabeza exhibía galofante, al compás.

¿Lograste -dijo el padre- matar a Jabberwock?
¡Déjame que te abrace, solfulgente hijo mío!
¡Oh día frabuloso! Clamó: ¡Calú…! ¡Caloc!
Y el viejo runquirriaba con placentero brío.

Era cenora y los flexosos tovos
en los relonces giroscopiahan, perfibraban.
Mísvolos vagaban los borogovos
y los verdirranos extrarrantes gruchisflaban.

(Traducción de Luis Maristany)

2

Brillaba, brumeando negro, el sol;
agiliscosos giroscaban los limazones
banerrando por las váparas lejanas;
mimosos se fruncían los borogobios
mientras el momio rantas murgiflaba.

¡Cuídate del Galimatazo, hijo mío!
¡Guárdate de los dientes que trituran
y de las zarpas que desgarran!
¡Cuídate del pájaro Jubo-Jubo y
que no te agarre el frumioso Zamarrajo!

Valiente empuñó el gladio vorpal;
a la hueste mansona acometió sin descanso;
luego, reposóse bajo el árbol del Tántamo
y quedóse sesudo contemplando…

Y así, mientras cavilaba firsuto.
¡¡Héte al Galimatazo, fuego en los ojos,
que surge hedoroso del bosque turgal
y se acerca raudo y borguejeando!!

¡Zis, zas y zas! Una y otra vez
zarandeó tijereteando el gladio vorpal.
Bien muerto dejó al monstruo, y con su testa
¡volvióse triunfante galompando!

¡¿Y haslo muerto?! ¡¿Al Galimatazo?!
¡Ven a mis brazos, mancebo sonrisor!
¡Qué fragarante día! ¡Jujurujuú! ¡Jay, jay!
Carcajeó, anegado de alegría.

Pero brumeaba ya negro el sol;
agiliscosos giroscaban los limazones
banerrando por las váparas lejanas;
mimosos se fruncían los borogobios
mientras el momio rantas necrofaba…

(Traducción de Jaime de Ojeda)

3

‘Twas brillig, and the slithy toves
Did gyre and gimble in the wabe;
All mimsy were the borogoves,
And the mome raths outgrabe.

«Beware the Jabberwock, my son!
The jaws that bite, the claws that catch!
Beware the Jubjub bird, and shun
The frumious Bandersnatch!»

He took his vorpal sword in hand:
Long time the manxome foe he sought-
So rested he by the Tumtum tree,
And stood awhile in thought.

And as in uffish thought he stood,
The Jabberwock, with eyes of flame,
Came whiffling through the tulgey wood,
And burbled as it came!

One, two! One, two! and through and through
The vorpal blade went snicker-snack!
He left it dead, and with its head
He went galumphing back.

«And hast thou slain the Jabberwock?
Come to my arms, my beamish boy!
O frabjous day! Callooh! Callay!»
He chortled in his joy.

‘Twas brillig, and the slithy toves
Did gyre and gimble in the wabe;
All mimsy were the borogoves,
And the mome raths outgrabe.

(Original de Lewis Carroll en Through the Looking Glass)

H de HECHIZO, de Marisa López Soria

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Huevas de mújol y habicas.
Y de ensalmos y hechiceros
en Murcia tenemos mil.
Eso que la Inquisición
la gracia no les veía.
Los asaban como a pollos
o a chinazos los molían.

Soy bruja birlibirloque,
malabar. ¿Conoces el mal de ojo?
Ve con tiento, ¡o todo te irá fatal!

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Marisa López Soria, Región de Murcia de la A a la Z, ilustrado por Luisa Vera, Everest, 2008. Título extraño, desde luego, para un libro de poemas; ocurre que forma parte de una serie De la A a la Z de Everest. (Serie que he de reconocer, para ser sincero, que de antemano me daba mucho respeto, por la mezcla de imposiciones muy fuertes a la creatividad: el tema local, la serie alfabética y el hecho adicional de corresponder a encargos. Sea como fuere, todos leemos desde un punto de vista concreto y me parece sano ir dando detalles al respecto, en lugar de fingir una objetividad cuasidivina.)

En este caso (no he leído los libros de las otras autonomías) López Soria solventa esas dificultades con su gracia particular para la construcción de poemas de raro equilibrio, en los que hay armazón sin que se vea (y sobre todo, sin que disuene ni atornille de más) y en los que caben todos los temas del mundo (e incluso enlaces de la web), como si el viento de la palabra fuera cargado de semillas que caen aquí o allá, sin que nunca puedas predecir el qué y el dónde.

López Soria tiene, en muchos de sus libros, un estilo de fusión que me parece inhabitual: en su prosa es fácil hallar versos y en sus versos es fácil hallar de pronto los ritmos de la prosa (o versos indefinibles, que escapan al análisis métrico tradicional, como los «endecasílabos» finales de este poema, con acentos en 3.ª, 5.ª y 8.ª, que habrían dado un soponcio a Garcilaso; ¿o son 4+8 con cesura?). A mí me suena refrescante.

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darabuc-luisa-vera-marisa-lopez-soria-region-de-murcia-w350

Ilustración de Luisa Vera para la vega alta del río Segura (el poema «B de Blanca»).

El caracol y la ardilla, de José A. Ramírez Lozano

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darabuc-eichhorninterngr4

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EL CARACOL Y LA ARDILLA

El caracol y la ardilla
en mitad del gran pinar
echándose carrerrillas.

El caracol con su casa
tardará lo menos ciento
cuarenta y siete mañanas.

Pero la ardi-
ya.

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Pipirifauna, con ilustraciones del autor, ed. Hiperión, col. Ajonjolí, 6, Madrid, 1995, 2.ª edición, 2007, 3.ª edición. La imagen la tomo de una página del Umweltamt Landeshauptstadt Düsseldorf.