A mi modo de ver, Bertolt Brecht es uno de los mejores poetas para adolescentes, además de dramaturgo excepcional, por su compromismo particularmente hondo con la sociedad (lo que no lo libra de críticas; pero la adolescencia suele ser una edad de compromiso puro). Hay varias traducciones y antologías bastante completas en Hiperión (editorial que se ha caracterizado, en general, por traer mucha poesía alemana). Aquí os dejo un poema breve, de una época especialmente reflexiva, la del exilio.
EL LADRÓN DE CEREZAS
Una mañana temprano, mucho antes del canto del gallo,
me despertó un silbido y fui a la ventana.
En mi cerezo -el amanecer llenaba el jardín-
se sentaba un mozo con los pantalones remendados,
que recogía alegre mis cerezas. Al verme
me saludó con la cabeza. Con una y otra mano
pasaba las cerezas de las ramas a sus bolsillos.
Aún mucho rato después, de nuevo en mi lecho,
escuchaba el silbido de su alegre cancioncilla.
DER KIRSCHDIEB
An einem frühen Morgen, lange vor Hahnenschrei
Wurde ich geweckt durch ein Pfeifen und ging zum Fenster.
Auf meinem Kirschbaum –Dämmerung füllte den Garten–
Saß ein junger Mann mit geflickter Hose
Und pflückte lustig meine Kirchen. Mich sehend
Nickter er mir zu. Mit beiden Händen
Holte er die Kirschen von den Zweigen in seine Taschen.
Noch eine ganze Zeit lang, als ich wieder in meiner Bettstatt lag
Hörte ich sein lustiges kleines Lied pfeifen.
- La ilustración de la foto se halla en una casa del barrio berlinés de Weissensee y se basa justo en este poema; se puede leer el título y el principio, si uno se fija. La he tomado de la edición alemana
de Wikipedia… y mira, me gustaría vivir en un edificio en el que dan por sentado que uno sabe de memoria poemas tan humanos como este. Fuente del texto: Gedichte im Exil (B. Brecht, Ausgewählte Werke in sechs Banden, Suhrkamp, 1997, vol. 3: Gedichte, p. 380). Traducción de Gonzalo García, utilizable de acuerdo con una licencia de Creative Commons
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