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La ascensión de Remedios, la bella

… Remedios, la bella, se quedó vagando por el desierto de la soledad, sin cruces a cuestas, madurándose en sus sueños sin pesadillas, en sus baños interminables, en sus comidas sin horarios, en sus hondos y prolongados silencios sin recuerdos, hasta una tarde de marzo en que Fernanda quiso doblar en el jardín sus sábanas de bramante, y pidió ayuda a las mujeres de la casa. Apenas había empezado, cuando Amaranta advirtió que Remedios, la bella, estaba transparentada por una palidez intensa.
—¿Te sientes mal? —le preguntó.
Remedios, la bella, que tenía agarrada la sábana por el otro extremo, hizo una sonrisa de lástima.
—Al contrario —dijo—, nunca me he sentido mejor.
Acabó de decirlo, cuando Fernanda sintió que un delicado viento de luz le arrancó las sábanas de las manos y las desplegó en toda su amplitud. Amaranta sintió un temblor misterioso en los encajes de sus pollerinas y trató de agarrarse de la sábana para no caer, en el instante en que Remedios, la bella, empezaba a elevarse. Úrsula, ya casi ciega, fue la única que tuvo serenidad para identificar la naturaleza de aquel viento irreparable, y dejó las sábanas a merced de la luz, viendo a Remedios, la bella, que le decía adiós con la mano, entre el deslumbrante aleteo de las sábanas que subían con ella, que abandonaban con ella el aire de los escarabajos y las dalias, y pasaban con ella a través del aire donde terminaban las cuatro de la tarde, y se perdieron con ella para siempre en los altos aires donde no podían alcanzarla ni los más altos pájaros de la memoria.

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‘Primavera’, de Gloria Fuertes

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PRIMAVERA

Eres tan cursi hija
que no hay por dónde cogerte.
Hasta en febrero cuando estás desnuda eres cursi,
adornada de odas y vergeles no digamos.
Primavera,
más que cantarte te han hecho la viñeta ciertos poetas sin agua;
pero a pesar de todo te defiendo,
porque haces retoñar ese geranio,
que se me seca siempre en el invierno.

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  • Gloria Fuertes, fragmento de «Sin tren de regreso: estaciones», del libro Cómo atar los bigotes del tigre, en Obras incompletas, edición de la autora, Cátedra, Madrid, 1975, numerosas reediciones. ISBN 84-376-0056-1.

‘Desajuste en el desgaste’, de Gloria Fuertes

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DESAJUSTE EN EL DESGASTE

La vista es lo primero que se pierde,
por eso hay tanta gafa,
después te quedas sordo del pie izquierdo,
y te nace la calva de la cana,
se te mueven las carnes si eres gordo,
si eres flaco te suenan las bisagras,
se te vuelan los capicúas,
se te pierden las ganas…
se te mueven los dientes en la boca;

cuando sabes amar esto te pasa.

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  • Gloria Fuertes, del libro Cómo atar los bigotes del tigre, en Obras incompletas, edición de la autora, Cátedra, Madrid, 1975, numerosas reediciones. ISBN 84-376-0056-1.